google-site-verification=Be_Ac2jwOJUvjdZrNr99wZTpU6Mvy6Gll66iUvHBWks

La devoción a la Virgen del Rocío se extiende por todo el mundo, contando con una romería a la que acuden más de un millón de personas cada año desde muchos pueblos de nuestro país y del resto del mundo. La Virgen del Rocío se venera en su Ermita de la aldea de El Rocío, perteneciente al municipio de Almonte, Huelva, desde el siglo XIII. Es en esta fecha cuando se sitúa la leyenda del hallazgo de la imagen y de la construcción de su ermita. Esto hace que sea una de las imágenes más utilizadas para  una diversidad de joyas. Y la pulsera con la Virgen del Rocío es uno de los artículos. En Alessandra Boho tenemos una cantidad de articulos con medallas religiosas entre ellas de la Virgen del Rocío. Además de estar en plena compenetración con otro materiales que hacen de su conjunto un gran producto.

Historia

Un vecino de la villa de Almonte salió al campo con ánimo de distraerse en los placeres de la caza, y llegando al sitio de su término conocido con el nombre de La Rocina, bosque inculto y lleno de malezas, en el que había siglos tal vez que no penetraba planta humana, los perros se internan en la espesura, y demuestran con sus ladridos y ademanes la sorpresa que les cause un objeto extraño y desconocido. Semejante actitud impulsa al cazador, llevado de un instinto natural, a penetrar en lo interior del sitio donde estaban, y aproximándose, admira una imagen colocada sobre el tronco de un árbol; llegándose a ella la examina, y reconoce en efecto que es un bello simulacro de la Madre de Dios.
Era de talla, y tenía sobrepuesta una túnica de lino entre blanca y verde, con una inscripción latina a la espalda que decía: Nuestra Señora de los Remedios. Atónito con la vista de tan peregrina hermosura, se postra a venerar la Imagen de la Virgen, e inmediatamente trata a costa de gran trabajo sacarla de aquel sitio montuoso, y así lo verifica al punto; más como fuese su intención colocarla en la villa de Almonte, distante tres leguas de aquel lugar, siguiendo sus piadosos deseos, se quedó dormido, a esfuerzo del cansancio y la fatiga; y al despertar se halló sin la sagrada imagen.

Afligido y penetrado de dolor, volvió al sitio donde la halló primeramente, y la vio allí lo mismo que antes, conociendo que por medio de aquel singular y maravilloso prodigio, manifestaba la Señora su voluntad de que allí fuese donde se le tributase culto y veneración. Entonces marchó a Almonte a referir todo lo acaecido, y propagada la noticia con la mayor rapidez, salieron el clero y el Cabildo de la villa seguidos de numeroso pueblo, y dirigiéndose al lugar de la aparición o hallazgo de la devota efigie de María, la vieron tan peregrina y encantadora, que desde aquel mismo instante empezó a arrebatar los afectos de los corazones, y ser objeto de la más entusiasta y fervorosa devoción.

Desde entonces se le erigió allí una pequeña ermita, y se construyó el altar para colocar la Sagrada Imagen, de tal modo que el tronco en que fue hallada, le sirviese de pedestal. A pesar de la advocación de los Remedios con que sin duda fue venerada en la antigüedad, la llamaron generalmente de Las Rocinas, por el sitio de su invención, cuyo título, andando el tiempo, se ha mudado insensiblemente en el misterioso y poético del Rocío, con que es invocada hoy la Señora, no sin una mística y significativa alusión.

La pulsera con la Virgen del Rocío